¿Os acordáis? Para mucho de nosotros es el baúl de los recuerdos, de los recuerdos deshonrosos que ahora tratamos de ir corriendo a borrar. Bueno, sin tanto melodramatismo, Metroflog o Fotolog (que al fin y al cabo valían para lo mismo) son esos sitios donde se retrata buena parte de nuestra infancia y de nuestra adolescencia. Bonitos recuerdos que rescatamos alguna que otra tarde para echarnos unas risas a costa de nuestro "yo" del pasado.
Nuestros fotoblogs o nuestros Tumblr, Flickr, Instagram premonitorios. Sitios dedicados a la interacción social con un objeto común: las fotos. La cosa ha evolucionado, y el Metroflog/Fotolog de antaño se ha quedado obsoleto como se puede observar en la imagen.
Y aun así, era un nido de más pervertid@s y exhibicionistas. Esos colores chillones, esas fotos donde se enseñaba la ropa interior o los bañadores. Un sitio para el culto al exhibicionismo que todavía no había inventado la foto de pies en la playa ni de las comidas que realizamos a lo largo del día (como pasa con Instagram). ¿Y cómo interactuaba la gente? Pues a través de comentarios, sí. Casi como pasa con los blogs. Se decían "pásate por el mío y conóceme" y se pasaría -si se pasaba- no sólo el comentado sino todo aquel que quisiera. Esa falta de privacidad no sabremos nunca si fue la que hizo desaparecer a este tipo de páginas, aunque probablemente no les preocupara mucho la privacidad a quienes enseñaban todo lo que podía en las fotos que subían.
A pesar de todo, alguna de estas dos páginas si ha intentado adaptarse un poco al cambio de los tiempos. Mientras Metroflog permaneció leal a su espíritu inicial, Fotolog ha modificado en varias ocasiones su interfaz con colores más serios y metálicos, y añadiendo nuevas opciones (compartir fotos).

Sin embargo, poco queda ya de la presencia y el seguimiento que nuestra generación le dio a este tipo de páginas. Como con Tuenti o con el Chat Terra, siempre es mejor pensar que al no estar cerrada, será porque tiene público. Y que ese público son ahora los que entonces fuimos nosotros, aquella generación Messenger.