lunes, 6 de abril de 2015

¿Qué fue de... los disquetes?

Raro se nos hace ver algún viejo ordenador. Pensamos que ese montón de chatarra probablemente ni pueda ya encenderse y, en el caso de que así sea, un triste Windows95 no nos resultará demasiado útil, aunque sí algo cómico. Pero vamos a centrarnos en la simple apariencia física externa del pc. La mayoría de ranuras ni nos suenan, ni podríamos imaginarnos qué enchufar en cada puerto. No tenemos dónde enchufar nuestro cable HDMI y qué decir de nuestra MicroSD del teléfono móvil. Pero, por el contrario, nuestro viejo ordenador nos ofrecía un algunas cosas que hoy en día son inimaginables. ¿Qué me decís de eso de tener dos disqueteras, una para CD's y otra para DVD's? ¿Y para qué servía aquella ranura alargada sobre la disquetera?

En esto nos centramos. ¿Qué demonios eran aquellas cosas cuadradas llamadas disquetes? ¿Para qué servían? Pues que mejor definición que hablar de su sucesor, el USB. Los disquetes pueden considerarse predecesores de los USB's como unidad de almacenamiento externo de información. Fácilmente almacenables y con gran movilidad debido a su escaso peso y tamaño, los disquetes fueron un elemento indispensable en nuestros ordenadores en la década de los 90. Desde un documento de texto hasta un montón de canciones que podíamos pasar a nuestros amigos con un simple disquete. Y qué hablar de los usos empresariales, con montones de disquetes conteniendo la información de las cuentas de la empresa.














Pero como todo, o casi todo, en el mundo de la tecnología ha tenido una utilidad muy limitada en el tiempo. Rápidamente ha sido desplazado por el USB debido a su mayor utilidad, capacidad de almacenamiento y fiabilidad. El disquete está en práctico desuso desde comienzos de los 2000 y ni siquiera se comercializa ya. Está completamente obsoleto y condenado a la total desaparición por la llegada del USB.
Ya no podremos volver a hacer esas grandes construcciones con los disquetes de trabajo de nuestros padres. Los USB's no nos dan esas posibilidades. Nos vamos haciendo mayores...

jueves, 2 de abril de 2015

¿Qué fue del... Fax?

Un teléfono, un escáner y una impresora combinados en un mismo artilugio. Y las nuevas generaciones se preguntarán, ¿y ese chanchullo tan raro, para qué? Fue el método intermedio que se utilizó durante décadas entre la inmemorial carta y el actual mail. Se popularizó durante las ultimas décadas del siglo XX, aunque su invención se remonta más de un siglo atrás. Pese a que aún algunos sigan utilizándolo, su hora final, a la velocidad a la que avanzan las nuevas tecnologías, no tardará en llegar. Y cuando suceda, como con la mayoría de los objetos que hemos rescatado en este blog, no quedará más que un vago recuerdo.

La importancia del fax ha sido trascendental en muchas facetas de la vida cotidiana, pero especialmente en el mundo empresarial, pues era el único procedimiento que permitía transmitir documentos, textos y otros datos de forma instantánea. El escrito que quería expedirse era escaneado y enviado a través de una línea telefónica, en forma de códigos, al fax del remitente, el cual imprimía una copia de lo que recibía. Este acto, a priori sencillo, podía traernos algunos momentos de desesperación, cuando, en algunas ocasiones, se convertía en un proceso extremadamente lento.



Anécdotas sobre el fax hay muchas, ¿quién no recuerda ese estrambótico ruido a pleno rendimiento? ¿o el pitido que nos indicaba que el número de teléfono al que llamábamos era el de un fax? El denominado “secretario” o “secretaria” en la empresa o la manera perfecta de colarte publicidad. Sin embargo, de lo que la mayoría siempre nos acordemos sea del maravilloso botón para pedir pizza que tenían los teclados de los ordenadores. Sí amigos, ¡un auténtico botón para pedir pizza! Como a finales de los noventa las pizzerías no disponían de email, el creador de google decidió elaborar un listado con números de fax y menús de varias pizzerías e introducirlos en una base de datos. De este modo, cuando el cliente pulsaba el botón, accedía a la web y completaba el formulario de pedido y el programa enviaba automáticamente un fax al establecimiento.


Sin embargo, la llegada de internet supuso la decadencia de un imperio que gobernó durante años y el correo electrónico reemplazó, paulatinamente, este sistema de comunicación. De todas maneras, gracias fax por hacernos la vida un poco mejor y tener el estómago más lleno.